Precalentamos el horno a 240°C, calor arriba y abajo, sin ventilador, con la bandeja a la mitad.

En un bowl grande, ponemos la mantequilla y la batimos hasta que esté blanda como pomada. Añadimos el azúcar y seguimos batiendo hasta obtener una masa blanquecina y esponjosa. Vamos añadiendo los huevos, ligeramente batidos, de uno en uno. No echar el siguiente hasta que el anterior esté completamente integrado en la masa. Tamizamos la harina con la levadura y la sal. Añadimos la mitad de la mezcla de harina a la masa y batimos bien. Echamos la leche y volvemos a batir. Añadimos el resto de la mezcla de harina y mezclamos. Echamos extracto de vainilla y terminamos de mezclar pero sin batir demasiado. Dividimos la masa en dos mitades. A una de ellas le echamos el extracto de almendra y mezclamos. A la otra mitad le añadimos el cacao en polvo y el azúcar, y mezclamos bien. Forramos un molde rectangular de unos 24×12 cm. con papel de horno. Dividimos la masa blanca en dos partes y rellenamos el fondo del molde con una de ellas. Echamos encima la masa de cacao y le ponemos encima el resto de la masa blanca que nos quedaba. Con un tenedor, vamos introduciéndolo en la masa y sacamos la masa del fondo hacia arriba haciendo un pequeño giro. Hacerlo tres o cuatro veces a lo largo del molde. Si lo hacemos demasiado obtendremos una masa muy mezclada y sin que se vea la diferencia en los colores. Metemos el bizcocho en el horno y lo mantenemos a la temperatura que estaba durante unos 7-10 minutos. Entonces, bajamos el horno a 180°C y dejamos que se cueza el bizcocho durante unos 45-50 minutos. Lo sacamos y lo dejamos enfriar en una rejilla.

Preparación de la cobertura:

Picamos el chocolate en trocitos pequeños. Hervimos la nata y se la echamos al chocolate por encima intentando que quede todo cubierto. Esperamos unos minutos y comenzamos a remover con una espátula para que quede todo integrado. Añadimos la mantequilla y seguimos removiendo hasta que se haya mezclado completamente. Dejamos que se enfríe un poco y guardamos en el frigorífico tapada con papel de film hasta que haya cogido la textura que deseamos, en este caso, que no esté muy líquida. Echamos por encima del bizcocho frío y servimos.